martes, 24 de diciembre de 2013

El árbol de los deseos


En Vic, hay un olivo maravilloso (uno de mis árboles favoritos) en el que cada año, por estas fechas, la gente empieza a colgar papelitos con sus deseos para el año nuevo. Hace unos días, colgué el mío, entre uno en el que ponía "follar más" y otro, en el que alguien había escrito un largo rollo sobre un tal Josep que no la/le llamaba nunca y no sé qué desgracias más. Creo que 2013 no ha sido un año demasiado bueno para nadie (al menos en mi entorno), pero creo también que los años "abre ojos" (los que te obligan a abrir los ojos, 2013 ha sido uno de esos), a la larga, son positivos. Dentro de unos años, podremos decir: "En 2013, me ocurrió esto, esto se fue definitivamente a la porra, perdí esto y aquello, me di cuenta de esto" y finalmente, "en 2013, decidí esto". Aun estamos a tiempo, queda una semana para "decidir esto", quien vamos a ser, de qué podemos prescindir, por quien o que estamos dispuestos a renunciar a algo importante, qué queremos hacer. Y hacerlo.
Os deseo paz, emoción, amor, risas locas, dinero, sol, amigos, salud, y, ¡ah, sí!, follar más.
Feliz 2014, queridos míos.





jueves, 12 de diciembre de 2013

El amor en los tiempos de facebook (1ª parte): las fotos de perfil



Yo, como soy muy frívola y ya nadie espera nada bueno de mí, en facebook, solo acepto como amigos a los hombres guapos. Con las mujeres, tengo un poco más de manga ancha, aunque no mucha. Siempre pienso: si la foto no me gusta, la persona me gustará todavía menos.

1. Los que ponen una foto de su gato, de su perro, de su cerdito o de algún otro animal doméstico: mala señal. En la vida (y también en facebook), hay que dar la cara, si no, es muy aburrido. (Lo mismo ocurre con los que ponen una foto de Homer Simpson, de Einstein o de alguna constelación lejana).

2. Los que ponen la foto de cuando eran niños. No estaría mal, si no fuese porque todo el mundo sabe que el 75% de los niños monísimos se convierten en adultos feos (el 95%, si hablamos de Inglaterra y de los países nórdicos). 

3. Los que salen medio desnudos: ¿Te irías a tomar un gin tónic sin camiseta? Pues en facebook, igual. La gracia de facebook es que es indecente y rapidísimo, y púdico y romántico a la vez. Más que la vida misma, incluso.

4. Los que ponen una foto artístico poética: Muy muy peligrosos. Goering sacaba el revolver cuando oía la palabra "cultura" (concepto, hoy en día, en vías de extinción), yo lo saco cuando alguien se define como "artista". A menos "cultura", más "artista" se considera uno.

5. Los que no ponen foto: Son asesinos en serie. Seguro. Casi tan peligrosos como los del punto 4, pero menos aburridos.

6. Los que cambian su foto cada 5 minutos: Son narcisistas inseguros. Yo, personalmente, intento que mis amigos tengan 1 defecto, no más: o narcisista, o inseguro, o prepotente, o mal genio, o pesado, o vegetariano, etc. Un defecto por persona, está bien. Dos, es demasiado. Creo yo.

Y la semana que viene, queridos oyentes, hablaremos de qué preguntar y qué no preguntar en el referéndum en facebook.

Feliz jueves.

La foto: el bolso que quiero que me traigan los Reyes Magos. Con uno, me conformo, ¿eh?




jueves, 5 de diciembre de 2013

La amabilidad de los extraños





Yo, como Blanche Dubois, siempre he dependido de la amabilidad de los extraños. Hoy, por ejemplo, he comprado un árbol de Navidad y, al llegar a casa, me he dado cuenta de que era incapaz de descargarlo del coche y subirlo. Entonces, he visto a un muchacho fornido que pasaba por la calle, le he sonreído y le he pedido ayuda. Primero nos ha mirado con cierta cara de sospecha, al coche (el más abollado de la ciudad, cuando paso yo, los demás coches se apartan atemorizados), al árbol (encajado dentro) y a mí (gorro de lana gris calado hasta los ojos, pantalones de algodón fucsia caídos, deportivas blancas, chaqueta de piel de conejo y un montón de pulseras de oro de mi abuela para dar cierta respetabilidad al conjunto); pero inmediatamente ha prevalecido el espíritu navideño y me ha ayudado. Los desconocidos siempre ayudan (los amigos también). Son los conocidos los que no suelen ayudar. Yo creo que en vez de todas esas campañas de las ONG, etc, para ayudar a los demás (que están muy bien), se tendría que hacer alguna también para aprender a pedir ayuda. Si todos pidiésemos ayuda más a menudo, aprenderíamos a prestarla. ¿No? Y así se transforma una sociedad. En fin, ya os advertí de que con la Navidad, me ablando.
Las fotos. Mi lista de reyes: un abrigo de abuelita, una bufanda rosa, unas braguitas de chica Bond. Se llama esquizofrenia estilística. Yes.