viernes, 28 de junio de 2013

¿Celos? Nooooooooooooooooo.


Los hombres no tienen celos de los otros hombres, noooooooooooooo. Pero... algunos...

- En cuanto ven a un hombre más atractivo que ellos, sugieren que debe de ser gay. "Seguro. 100% seguro que es gay. ¿No has visto como me tiraba los tejos? Qué ingenua eres..."

- En cuanto ven a un hombre más atractivo que ellos, se sienten con el deber de avisarte de que es un descerebrado y de que solo le gustan las chicas de 20 años, no como a ellos, que son taaaaaaan profundos...

- En cuanto se habla de belleza masculina, responden muy dignamente que ellos no son capaces de opinar sobre otros hombres porque claro, como son taaaaaan machos, taaaaan requeteheterosexuales, para ellos un tío es como una hoja de lechuga, ni la ven...

- En cuanto se habla de belleza masculina, ponen cara de sorpresa e incomprensión y dicen: "Francamente, no entiendo qué le veis a Ryan Gosling...". Y suspiran mirando al infinito...

Las mujeres no tenemos celos de las otras mujeres. No. Pero...

- Las únicas mujeres guapas del planeta tierra son 1. nuestras amigas. 2. nuestras futuras amigas. 3. Kate Moss. 4. alguna estrella de Hollywood muerta hace mil años.

- Siempre es un motivo de alegría y regocijo (para nosotras y para nuestras amigas) ver que nuestro ex está con una chica más fea (¡hip, hip, hurra!), más tonta (¡hip, hip, hurra!) y más aburrida (¡hip, hip, requetehurra!) que nosotras. Y pobre chica, no le conoce todavía, lo va a pasar fatal. ¡¡¡Hip, hip... Ya paro, ya paro.

- Ni se os ocurra hablarnos de otra mujer sin especificar antes que no nos llega ni a la suela del zapato. Ejemplo: "Ayer conocí a Gisele Bundchen, que por cierto, no es tan alta como parece, ni mucho menos. No te pasa una cabeza y media. Noooooo..." o "Ayer conocí a Madame Curie, que no es tan inteligente como parecía, no, no, para nada, tú le das mil vueltas, cariño."

La foto: Suzy Parker, una de las modelos favoritas de Chanel, de rojo.






martes, 25 de junio de 2013

S.A.P.E.




Mañana miércoles, se presenta en Barcelona un libro de fotos maravillosas, de Héctor Mediavilla, que demuestra que la ropa no es únicamente el reflejo de lo que somos (una mezcla de nuestros orígenes, cultura, educación, gusto e instinto personal, etc), sino también de lo que querríamos ser. Hay un grupo de hombres en el Congo (uno de los países más pobres del mundo), llamados los "sapeurs", cuyo hobby, pasión, o como se quiera llamar lo que les mueve, es vestirse elegantemente. A ello dedican tiempo, dinero y energía. Y con ello plantan cara al mundo que les ha tocado en suerte. Yo, que tengo debilidad por los hombres bien vestidos, por los hombres soñadores y por los hombres que plantan cara al mundo, no me lo pienso perder. A las 7:30 en Golferichs, Gran Via, 491.

jueves, 20 de junio de 2013

El dia que me enamoré de un gordo


Los amores más interesantes, creo -yo, con mi larga lista de amores como trenes a punto de descarrilar-,  son los que te ponen contra las cuerdas, los que de repente te hacen amar algo que cinco minutos antes detestabas, los que nos hacen salir de nuestras diminutas casitas y nos obligan a poner un pie -y, a veces, todo lo demás- en el vacío, en tierra virgen o, en este caso, en New Jersey. Amé a Tony Soprano porque estaba gordo, no a pesar de que estuviese gordo. Porque fumaba puros -el mero olor me produce arcadas-, por sus chándals, guayaveras y trajes, por su forma de comer de pie, al lado de la nevera, como un cerdo, por ser un mafioso de barrio, un criminal. Y por todo lo demás, claro. Por eso no amo a Dan Draper (de Mad Men). Cuando le miro, me duelen los ojos de lo guapo que es, pero no se me revuelven las tripas. Y el amor, claro, el de verdad, el que da cierto mareo y ganas de vomitar (al menos a esta pobre loca), está en las tripas, no en los ojos, no en la cabeza. Sr. Gandolfini, muy mal por haberse muerto.

miércoles, 19 de junio de 2013

Recibir tumbada


Me parece que la elegancia (palabra que no me gusta nada), la clase (tampoco me gusta) y el estilo (un poco más) surgen de la combinación perfecta entre rigor y "laisser-allez" (palabra que sí me gusta y que significa algo así como relajación). Demasiado rigor, demasiada rigidez y demasiada perfección en el atuendo, y sobre todo en la actitud, matan la voluptuosidad (que como todo el mundo sabe, es el único objetivo y razón de ser del verano, del sol, del mar, de los mojitos, etc). Pero demasiada relajación, se puede convertir en dejadez, y la dejadez física (y ya no digamos, la mental) nunca es sexy (y ser sexy es, como todo el mundo sabe, el único objetivo de la vida). En fin. Coco Chanel, la mujer que inventó la elegancia moderna, recibía a sus amigos tumbada en la cama, vestida con pijamas de seda y fumando. Claro. Yo, que en esto sigo siendo un poco adolescente (en todo lo demás, soy de una madurez y sensatez extraordinarias. Yes.) y que, en cuanto llego a un sitio, tiendo a repantingarme, a estirar la piernas, o a doblarlas encima de la silla, o a cruzarlas como en yoga, o a sentarme -tumbarme- en la alfombra, o a descalzarme, etc, entiendo perfectamente a Coco Chanel. Y he decidido que, a partir de ahora, voy a empezar a recibir en la cama. Dress code: la mujeres, con perrito faldero incorporado. Los hombres, con corbata y de pie. Claro.

miércoles, 12 de junio de 2013

Las bicicletas no son para el verano


Hace unos años, cuando en Barcelona empezó la moda de las bicicletas, la acogí con gran entusiasmo. No porque tuviese la menor intención de desplazarme utilizando ese medio de transporte, noooooooooooooo, sino porque me parecía que traía un aire nuevo a una ciudad vieja. El paisaje de las calles cambió radicalmente, y para mejor. Después de una larga investigación y de mucho trabajo de campo, me di cuenta de que los hombres más guapos de Barcelona iban en bicicleta. De repente, los semáforos dejaron de ser aburridos y empezó a dar menos pereza coger el coche. Así pasamos unos años idílicos los ciclistas de Barcelona y yo. Pero, poco a poco, como ocurre siempre, todo se fue al traste. Los ciclistas se creyeron realmente que las calles eran para circular ellos y por alguna misteriosa razón, el nivel estético cayó en picado. Resultado: ahora los ciclistas conducen como caracoles cansados (hoy, encima, he visto a uno con cascos, ¡con cascos!!!!!!!!!, que paseaba tranquilamente por Muntaner -¡Muntaner!!!!!- escuchando música, mientras yo, detrás, le lanzaba maldiciones, que él no oía), utilizan tanto espacio como un coche, son culpables de que llegue tarde al colegio de mis hijos CADA día y son tan feos como los que vamos en coche. La única solución que se me ha ocurrido -y que no implica acabar en la cárcel- es que alguien cree un juego para teléfono que consista en un conductor cuyo objetivo es cargarse al mayor número de ciclistas posibles. Si hay algún diseñador de aplicaciones para móvil entre mis lectores, ruego se ponga en contacto conmigo lo antes posible, tengo un montón de ideas sangrientas. Nos vamos a forrar.
La foto: Marilyn.

jueves, 6 de junio de 2013

Mi bañera


Mi bañera es uno de mis lugares favoritos del mundo (sí, París, Italia, Cadaqués, mi bañera...). Es uno de los pocos sitios de la buhardilla donde vivimos, que mis hijos no invaden (o al menos no cuando estoy yo dentro, aunque lo intentan...), y en el que puedo disfrutar de cierta calma, pensar (la mayoría de las decisiones las tomo en la bañera, o en el coche sola mientras conduzco), mandar mails de trabajo (me suelo meter en la bañera con el iphone, a pesar de las advertencias de algunos de mis amigos, que aseguran que si alguna vez se me cae al agua, me electrocutaré...), escribir "what's ups" y jugar a "jewel mania", un juego al que estoy enganchadísima. En pocos lugares soy más feliz que en la bañera, en el mar tal vez, en la cama con mis hijos dormidos, en la cama con un hombre despierto. En fin. No utilizo jabones con espuma porque la mayoría resecan la piel, pero soy absolutamente adicta a los aceites para baño de Dr. Hauschka. Mi favorito es el de salvia. Y el de limón, que he descubierto que alivia la resaca. Mucho más que esa idea loca de que para quitar la resaca hay que tomarse una caña o un bloody Mary, que es como decir que para quitarse la resaca lo mejor es volverse a emborrachar... Lo cual tal vez sea cierto... pero... en fin...


lunes, 3 de junio de 2013

Cosas chic - Cosas no chic


No chic:

- No es chic comprar un perro, los perros se recogen en la perrera o en la calle (como John John Kennedy).

- No es chic empezar a marear a un camarero para que te preparen algo que no está en la carta.

- No es chic ser incapaz de apreciar la belleza de las personas del mismo sexo.

- No es chic hablar más de 5 minutos seguidos de problemas de salud o de dinero.

- No es chic decir que no lees (antes la gente intentaba disimularlo, ahora te lo lanzan a la cara en cuanto te despistas... La ignorancia es un nuevo esnobismo).

- No es chic llevar los vaqueros rotos. No es chic llevar tacones de palmo durante el día. No es chic llevar bolsos caros (sobre todo en verano).

- No es chic hacerse el pobre (otro nuevo esnobismo. Antes nos hacíamos los ricos, ahora nos hacemos los pobres).

- No es chic llevar pendientes, collares, pulseras y anillos, todo a la vez. Elige una sola cosa, dos máximo.

- No es chic llevar solo ropa de marca.

- No es chic llegar tarde. No es chic dar explicaciones. No es chic (nada chic) ser tacaño. No es chic llevar perfume (los hombres).

Sí, sí, chic:

- Es chic comprar flores.

- Es chic llevar sombreros, gorros, gorras, etc. Mientras no sea en el interior, obviamente.

- Es chic saber cocinar, bailar, jugar a póquer y preparar cócteles.

- Es chic quitarle hierro al asunto.

- Es chic ser generoso.

- Es chic no hablar de uno mismo a no ser que sea para hacer reír a los demás.

- Es muy chic hacer reír a los demás.

- Es chic el color azul marino.

- Es chic cumplir las promesas.

-Es chic hacer promesas.

- Es chic decir "chic".

¿O tal vez no?