jueves, 28 de junio de 2012

Mi bolso del verano


Estoy haciendo las maletas para irme de vacaciones por una buena temporada. Las maletas mentales también, que son las más difíciles de hacer. Como soy tan buena, os ahorraré el contenido de estas últimas. Solo sé que, a medida que pasan los días, se van haciendo más ligeras. Lo contrario que pasa con las maletas de verdad... He pensado que, durante los próximos días, si os apetece, os puedo ir enseñando algunas de las cosas que irán en mis maletas físicas. Hoy, mi bolso de palmeras. Seguro que la girl from Ipanema llevaba uno igual.
Buenas noches, queridos.

miércoles, 27 de junio de 2012

Don Draper es una mujer

Imagen regocijante a tope. Una foto que demuestra que los zapatos masculinos no solo pueden ser femeninos (eso ya lo sabíamos), si no que además pueden ser sexys. Me vuelve loca la pose masculina de la modelo. Ese moreno amarillento de la gente realmente morena. Los zapatos sin calcetines. El cuerpo, que parece el de una chica normal. Las tetas retro. La silla retro. El traje de baño retro. Hay algo de Mad Men (esta tía es Don, está clarísimo) en la foto. Y algo un poco indio (el amarillo curry de la alfombra y de la piel). Y algo sumamente británico: los zapatos de cordones. Por no hablar del escalofrío de emoción que me ha recorrido la espalda al ver que los cordones amarillos hacían juego con la alfombra. Sí, soy una chica de escalofrío fácil, lo reconozco. En fin. Los zapatos fantásticos son obra de Rupert Sanderson, un diseñador británico del cual se está empezando a hablar mucho. Yo querer.

lunes, 25 de junio de 2012

Cuestionario mileniano: Natalia Diez Lamuela


Tengo amigas que llevan ropa elegantísima, pero que sé que a mí me quedaría fatal. Tengo amigas que llevan ropa que no me gusta demasiado, pero que a ellas les queda genial. Y después tengo amigas que, cada vez que las veo, tengo ganas de saltarles encima y robarles todo lo que llevan puesto, o de correr a la tienda más cercana a comprarme lo mismo. Pero, a menudo, la ropa que llevan tiene varias temporadas o, cuando me la pruebo yo, no me queda igual de encantadora... Grrrr....

Cuestionario mileniano a una de estas últimas: Natalia Diez Lamuela.

Tu primer recuerdo de moda.
Mi madre. Era muy moderna y estilosa. Se parecía mucho a Natalie Wood.


¿Recuerdas la primera prenda de ropa que te compraste? ¿Y la última?
La última desde luego que la recuerdo: un short para el verano. La primera... podrían ser unos pantalones verdes de "Globe" con topitos lilas cogidos al pie con goma del mismo tejido. Vamos, hoy en día un disfraz total, pero en esa época eran lo más extremado... Incluso tenía un abrigo a juego, lástima no tener fotos de semejante atuendo...


¿Cómo ibas vestida con 15 años?
Con muchos estampados y, sobre todo, colores vivos.


3 tiendas en Barcelona.
De ropa, "Notenom" y "Coquette" y en el Born, "Casa Gispert", antiquísima tienda de comestibles que parece sacada de un cuento de Navidad...


3 tiendas en el resto del mundo.
Algunas librerías de N.Y., las pastelerías de Amsterdam y las de moda en París.


Tu prenda de ropa favorita.
Un pantalón ancho a rayas de colores de Josep Font que tiene unos cuantos añitos...¡Nunca dejará de gustarme!


Lo que jamás de los jamases te pondrías.
Una minifalda muy mini con tacones de aguja. Imposible sentirme más incómoda y ridícula.


¿Qué es una mujer elegante?
Una mujer sencilla, auténtica y con un punto de bondad.


¿Qué es un hombre elegante?
Lo mismo.


Las 3 mujeres más elegantes.
Katherine Hepburn, Charlotte Rampling y Audrey Hepburn.


Las 3 mujeres más sexys.
Brigitte Bardot, Romy Schneider y Kate Moss.


Los 3 hombres más elegantes.
Peter O'Toole, Gregory Peck y, por supuesto, ¡David Bowie!


Los 3 hombres más sexys.
Alain Delon, Jean Paul Belmondo y, ¡con mayúsculas!, Marlon Brando.


Una prenda que siempre resulte favorecedora en un hombre.
Una buena camisa.


Una prenda que siempre resulte favorecedora en una mujer.
Una pamela.


Tus 3 diseñadores favoritos.
Yves Saint Laurent, por el traje chaqueta. Sonia Delaunay, por los estampados años 20. Y Sonia Rykiel por sus inconfundibles rayas y gamas cromáticas.


En qué país se viste mejor.
En Francia.


3 faltas de buen gusto imperdonables.
En los hombres: las americanas demasiado estrechas, las corbatas con dibujos ridículos y el pelo teñido. En las mujeres: las uñas mal pintadas, la cirugía estética (algunas más que otras, aunque ninguna me gusta demasiado...¡espero no cambiar de idea a los 70!) y la ropa demasiado ceñida cuando no se tiene el cuerpo adecuado.


¿Cómo te vistes cuando no estás inspirada?
Con algún vestido sencillo (¡así no he de pensar en cómo combinar la parte de arriba y la de abajo!).


La prenda de ropa que te gustaría que te regalaran.
Un esmoquin blanco de YSL como el que llevó Bianca Jagger el día de su boda.


Tu lema.
Vive el presente y no te preocupes demasiado por lo que pasó o lo que podría pasar en el futuro. Haz caso a tu intuición y déjate llevar... y, absolutamente siempre, se tú mismo.


La fantástica foto es de Natalia (con traje de baño de rayas rojas) y su familia en los años 70.

domingo, 24 de junio de 2012

Vamos a la playa

Antes de ir a la playa este verano, miremos bien esta foto (Vogue, 1954). Y pidamos: un verano tan largo como los brazos de la modelo, un verano tan ligero como el globo que sostiene, un verano tan lleno de posibilidades y sueños como la silueta masculina que se intuye al fondo, un verano con la luz exacta de la foto, un verano de los colores exactos del globo, un verano con los pies en la arena y la cabeza en la nubes como la modelo, un verano tan enloquecedoramente bonito como el sillón verde (tan "Muerte en Venecia") de la foto. Un verano para jugar y nada más. Y Dios quiera que las que hace dos siglos y medio que no pisamos un gimnasio, encontremos un traje de baño que nos haga una cintura como la de la modelo.
Feliz domingo, pequeñuelos.



jueves, 21 de junio de 2012

Cómo reconocer a un/una tontaina

Hay varias características que normalmente -hay excepciones, claro!!!- ayudan a reconocer a un tontaina con bastante rapidez, lo cual evita que perdamos un tiempo precioso que podríamos utilizar para escribir una guía definitiva sobre los hombres (gracias a la cual acabaré de perder totalmente cualquier posibilidad remota que me quede de encontrar a un tío que valore mi locura originalidad de pensamiento, mi pasotismo tolerancia y mi mal genio temperamento apasionado), para convencer a nuestro hijo adolescente de las virtudes de la ducha diaria o para empezar a ir al gimnasio (¿por qué todas las chicas guays, menos yo, consiguen ir al gimnasio? No lo entiendo. No hay derecho).

- Los hombres con chaleco. No sé por qué. Es uno de los grandes misterios de la humanidad. Normalmente, un tío con chaleco de tela (los de punto, como de abuelito, son otra historia) no promete grandes emociones ni grandes escalofríos. Francamente.

-Los hombres con americana de tweed. El tweed es maravilloso, pero es muy muy muy difícil de llevar si no eres un profesor de Cambridge, Woody Allen o un señor (un tipo de tío que las menores de treinta años no habéis conocido. Algún día, la abuela Milena os contará cómo eran). Aquí, en la península ibérica, una chaqueta de tweed casi siempre esconde un impostor.

-Los hombres con tirantes. Otra prenda puramente ornamental y con mucha "intención". De tontaina. A no ser que la lleve un hombre muy gordo que no encuentre cinturones de su talla, pobre. Claro.

-Los hombres que dicen "estamos embarazados". Eso sí que nunca falla. Un hombre que dice "estamos embarazados" es un tontaina, sin más. Una mujer también. Por razones obvias. La solidaridad entre sexos a veces es muy mala. Me pregunto si también dicen "tenemos la regla".

-Las tontainas, en cambio, somos más difíciles de reconocer por el atuendo. Sí, lo siento. Las mujeres nos disfrazamos mejor, tenemos más práctica.

La foto de hoy: un vestido de seda de APC que me compraré cuando salga de la ruina absoluta. Saldré, saldré... El estampado africano seguro que combina de maravilla con mis pecas.

Feliz jueves, queridos.


lunes, 18 de junio de 2012

Esas cosas

El otro día, nos estábamos marchando de una fiesta y mi amiga Elisenda me dijo: "Un momento, que me voy a despedir de Poldo". Poldo era el anfitrión. Yo le contesté: "¿Despedirse? ¡Qué tontería!" Elisenda se me quedó mirando con gran perplejidad un instante y dijo: "¿Sabes? Deberías hacer una entrada sobre las cosas que cuando las haces tú están bien y cuando las hacen los demás te parecen horripilantes". Se dio media vuelta y se fue a despedir de Poldo. Como Dios manda. Yo me quedé pensativa.
Ahí va la lista:

-No despedirse del anfitrión al marcharse de una fiesta.
-Llevar a los niños a una fiesta de adultos (cuando son los míos me parece lo más encantador del mundo, cuando son los hijos de los demás me parece súper cargante).
-Ir con deportivas o chanclas a un evento, inauguración, etc.
-No saludar a alguien a quien conoces y a quien reconoces, aunque solo sea de vista, o de la piscina, o de facebook.
-Ir a cenar y no comer nada.
-Ir a cenar y no beber nada (todavía peor).
-Reír como una loca desatada en el momento más inoportuno (hospital, confesión de amiga íntima, película trascendental de Almodovar, el momento en que salen a bailar las madres en el festival infantil del colegio de tus hijos, etc).
-Juguetear con el iphone siempre, en cualquier situación.
-No contestar los mails.
-No devolver las llamadas de teléfono.
-Enseñar, a quien se tercie y con gran orgullo, fotos (sin ningún interés) de tus hijos o de tus animales domésticos.
-No dar las gracias al día siguiente de una invitación.
-Criticar a la chica (maravillosa, por otra parte) que viene a limpiar a casa y que después de un año todavía no sabe hacer las camas.
-Considerar que todo lo que dicen tus hijos es absolutamente genial y apuntarlo para la posteridad.
-Llegar tarde.

¿Qué, Elisenda? ¿Ya estás contenta? Eso es tener sentido de la autocrítica, ¿eh?

Feliz lunes, queridos.

La foto es de Bruce Weber. ¡Oh, los hombres pensativos!...

sábado, 16 de junio de 2012

Hoy en SMODA: Los "viejóvenes"

Hoy publico un articulín en la última página de SMODA sobre los "viejóvenes", los hombres que se tiñen el pelo y otras aberraciones.
Feliz sábado, queridos.

viernes, 15 de junio de 2012

La edad de oro



Mi color favorito para los zapatos es el negro. Un buen zapato de hombre, de cuero negro, sólido, reluciente, un poco duro, con la punta ligeramente cuadrada (ni redonda -que es de niña-, ni puntiaguda -que es de tontaina, hay ropa especial para los tontainas, un día hablaremos de eso-), me hace pensar que estoy ante un tío de verdad (sólido, reluciente y un poco duro por fuera, y cómodo, flexible y caliente por dentro...). Naturalmente, por culpa de esta teoría, he cometido algunos errores garrafales sin importancia... pero, de todo se aprende. Si soy el pozo de sabiduría inagotable que todo el mundo sabe que soy, es porque me meto en líos sin parar reflexiono profundamente sobra las experiencias que me ofrece la vida. Normalmente, un hombre que va siempre con deportivas es un niño. Normalmente, un hombre que lleva mocasines de ante es un relamido o un cursi (menos mi tío, que los lleva y no lo es). Normalmente, un hombre que lleva botas de cowboy está un poquito tarado, y uno que lleva alpargatas atadas al tobillo también, y uno que lleva mocasines de borlas también, y uno que... Bueno, ya basta, que después me cogen manía.
Para las mujeres me gustan los zapatos negros (estoy en una etapa "zapato de tacón súper clásico" con vestiditos de verano)... o dorados. Los zapatos dorados me hacen pensar en épocas más rutilantes que la nuestra, más divertidas, más burbujeantes, menos políticamente correctas.Y bueno, si al menos podemos tener los pies en una película de Fred Astaire y Ginger Rogers, todo lo demás resulta más llevadero. ¿No?
Feliz fin de semana, queridos.

lunes, 11 de junio de 2012

Quiero una serpiente

No me gustan nada las serpientes y, sin embargo, es mi elemento animal favorito para las joyas. Francamente, entre una tía que lleva un osito (y todo lo que conlleva) colgado al cuello y una que lleva una serpiente (y todo lo que conlleva) enrollada a la muñeca, sé perfectamente con quien me quedo. Entre un peluche y un animal peligroso, también sé perfectamente con quien me quedo. Los peluches no me los creo ni 5 minutos, y no hablemos de las peluchas... Hacen falta unas gotas de veneno para mantenerse despierto. En la ropa también. Cuando todo es demasiado suave y blando, el conjunto no funciona. En fin, todo este rollo es para deciros que me encanta la pulsera de Aurélie Bidermann de la foto. No es burda y aparatosa como las que hacen a veces Cavalli o Bulgari. Es sinuosa y ligera, y un poco arqueológica. Y habla de aventuras y peligros, y lugares lejanos y cálidos, y cosas que se deslizan, se enroscan, se entrelazan y se mezclan. Mientras que un osito, lo más lejos que nos puede llevar, es al zoo o al cuarto de los niños. ¿A dónde preferís ir?

viernes, 8 de junio de 2012

¿Es de kinki llevar un anillo en un dedo del pie?

Yo creo que se puede llevar un elemento kinki, un elemento hippy y un elemento "esto está muy por encima de mis posibilidades reales, pero me lo he comprado de todos modos". Uno. El problema es siempre la acumulación de señales. Una es suficiente y de sobras. A veces, demasiado. Para llevar un bolso de Chanel, se ha de notar que quien lo lleva vale muuuuuucho más que el bolso (no siempre es el caso). En cuanto lo que reluce es el bolso (y no nosotras), ya está fastidiado el tema. Un vestido hippy solo lo puede llevar alguien que no vaya "de hippy" (y preferiblemente con un bolso de Chanel). Y un anillo de dedo del pie solo se puede llevar con unos pies impecables y súper respetables (hay partes de cuerpo, pocas, que deben ser siempre súper respetables), y si el anillo no es de baratija. La cuestión es desconcertar, inquietar un poco, y después hacer lo que a uno le dé la gana. Es que yo, lo que realmente soy, es punky, ¿sabéis?
Feliz viernes, queridos.

jueves, 7 de junio de 2012

Los antebrazos

Creo que debo de ser una de las personas con más multas de tráfico de la ciudad. No es que corra, no (soy más bien lenta como una tortuga), es básicamente por aparcar mal o por utilizar el carril taxi, que, dicho sea de paso, solo utilizo cuando estamos llegando tarde al colegio (casi cada día) o cuando veo que va vacío y que las otras vías van llenas y que TODOS iremos más rápido si yo hago la buena acción de ponerme en el carril taxi. Y bueno, ahora que ha llegado el buen tiempo, también han empezado a multarme por hacer fotos con el iphone mientras conduzco. He intentado explicarles que soy bloguera de moda y que, como conducir es aburrido, aprovecho para mirar por la ventana y buscar temas para el blog (y hacer fotos, si veo algo interesante), que soy el tipo de persona excepcional (pobre loca) capaz de hacer más de una cosa a la vez, y que ya sé que está prohibido HABLAR por teléfono, pero yo HAGO FOTOS con el teléfono, es diferente. Pero no hay manera, se empeñan en no entenderlo, me tienen una manía terrible, creo que estoy en una lista negra de la circulación o algo así. En fin. La cuestión es que tengo una cierta obsesión con los antebrazos masculinos, no los músculos gordos, no los bíceps, no los hombros, los antebrazos, la parte que une el codo con la muñeca. Me parece que ahí se concentra una parte importante de la masculinidad masculina (pobre loca). Y claro, los mejores ejemplares de antebrazo los veo desde el coche en primavera-verano. En los motoristas. Antebrazos morenos y suculentos. Así que voy como una loca, ojo avizor, acechando antebrazos mientras mis hijos se pelean, me estropean el iphone y me dejan el coche perdido de migas. Y encima me ponen multas. No hay derecho. Estoy harta de la incomprensión generalizada.

viernes, 1 de junio de 2012

El hombre y dos pares de zapatos

Prometo no volver a hablar de tíos ni de zapatos durante una temporada unos días un par de días un par de horas. Pero es que esto es importante:

1. El tío. Anthony Quinn. "Zorba, el griego". 2 minutos y 42 segundos de felicidad absoluta. ¿Qué queremos las mujeres? Exactamente esto. E-x-a-c-t-a-m-e-n-t-e. El mar. El tío. La risa estruendosa, o la risa a secas. Le elegancia humilde. El traje. La corbata. La manga remangada. La alegría. La sensualidad. El garbo. El sentido del humor. El sudor. La masculinidad. La delicadeza. La fisicalidad máxima. El sol.

2. Los zapatos. Ayer estuve con Eva, la mujer de mi tío. Tuvimos que ir a un hospital. La tía se fue al hospital con una especie de vestido pareo, que parecía de Pucci. Unas gafas de sol azul eléctrico y unas plataformas de 10 cm. Al verla pasar, todo el mundo se quedaba boquiabierto. No hay por que dejar nunca el glamour aparcado. Aunque vayas a un hospital. Al contrario, los sitios de fealdad y miseria necesitan algo de luz, del tipo que sea. Yo, en cambio, parecía enana a su lado (sin tacones ya me saca 10 cm) y llevaba, of course, mis birkenstock marrones. Pues se ha acabado. En cuanto pueda, me voy a comprar uno de estos dos zapatos y me los pondré especialmente cuando saco la basura y cuando voy al Caprabo. No sea que me encuentre a Anthony Quinn por el camino.