miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Qué tio puede llevar un pañuelo al cuello?







Bueno, queridos, pues no os voy a engañar. La verdad es que casi ninguno. Casi ningún hombre puede llevar un pañuelo al cuello sin parecer un bobo (según mi humilde opinión). Pero como hoy me he despertado en plan positivo, en vez de deciros por qué los hombres con foulard suelen resultar relamidos, bohemios, anticuados o pretenciosos (a no ser que sean cantantes de ópera, o que tengan tendencia a las anginas, como los hombres de mi familia), os dejo unas fotos de hombres que SÍ SÍ SÍ saben llevar un pañuelo al cuello, para que os inspiréis y practiquéis en vuestros ratos libres. 
Feliz miércoles, queridos. 

Foto 1: Jean-Baptiste Belley, 1797.
Foto 2: Jean Cocteau con Jean Marais, 1930.
Foto 3: Luchino Visconti, 1935.
Foto 4: Jean Gabin, 1949.
Foto 5: el Conde Etienne de Beaumont, 1938.

lunes, 28 de mayo de 2012

¿Por qué los hombres no quieren que nos cortemos el pelo?

Finalmente, no fui a la pelu. Por un lado, vino uno de mis ex a salvarme la vida (los ex, al principio de serlo, te joden la vida, pero después, si no te has equivocado o si eres una tía con suerte, como yo, te la salvan) y se me ocurrió preguntarle si debía o no cortarme el pelo. Pregunta bastante tonta ya que ningún hombre, nunca, quiere que nos cortemos el pelo. "No, no, no te lo cortes, pareces una alumna de ESO", me dijo. Lo cual no está claro si es un insulto o un piropo, pero decidí tomarlo como un piropo y achacarlo a los pitillos de rayas de h&m, las pecas que me salen en los mofletes y la nariz con los primeros rayos de sol y el pelo largo. Y después, me encontré con esta foto genial de Bardot y Birkin. Y después, pensé en Kate Moss. Y después, recordé que cuando me corto el pelo, al cabo de dos días, decido volver a dejármelo largo. Y después, pensé que con lo que ahorraría no yendo a la peluquería, me podría comprar el precioso vestido negro de Cos.Y después, decidí que en realidad, lo más divertido sería invitar a mi ex (y a nuestro hijo) a un restaurante tailandés. Y claro, al salir de allí, después de unas cuantas copas, pensé que la vida es corta y que me podía morir mañana y que prefería morir con el vestido de Cos puesto, así que fui a Cos y lo compré. Y me fui a casa súper contenta, pensado en lo mucho que había ahorrado por no cortarme el pelo. A eso se le llama saber gestionar la crisis. Y otro día, responderemos a la pregunta del título.
Feliz lunes, queridos.

sábado, 26 de mayo de 2012

¿Cómo hay que vestirse para ir a ver a la reina?


Tengo la teoría de que los hombres realmente importantes no suelen llevar corbata. No solo porque las profesiones realmente importantes (artista, escritor, jardinero, estrella de rock) no la requieren, si no porque los hombres realmente importantes pasan del -según mi opinión, lamentable- estatus social que confieren las corbatas, y que es, a menudo, su única razón de ser. La corbatas son, casi siempre, el uniforme de los mediocres (sí, hoy me he levando peleona, ¿qué queréis que os diga, troncos?). Con muuuuuchas excepciones, of course. Fiesta en la Royal Academy de Londres, hace un par de días, para la reina de Inglaterra. Del mismo modo que soy muy pro-hombres (bueno tal vez debería decir pro-algunoshombres), soy muy pro-británica. Al menos estilísticamente, pero también en muchos otros campos. I'm a sucker for civilization. Primera foto: el genial David Hockney (mi artista favorito) con la gran Judy Dench. Lleva corbata, ya. Pero es la corbata perfecta, con la camisa perfecta (el cuello perfecto) y con el traje más perfecto del mundo. El traje cruzado, la raya diplomática, el gris, el pañuelo en el bolsillo. No se puede ir mejor vestido. (Judy Dench merecería otra entrada por su atuendo: así es como se ha de ir a ver a la reina. Y no con un vestido de cóctel ridículo -acabemos ya para siempre con los vestidos de cóctel!!!!!!!!-. Otra que sabe quien es). Segunda foto: mi admirado Paul Smith (por todo menos por la rayas, sobre todo por sus zapatos de hombre para mujer) sin corbata (yes, yes, para ir a ver a la reina de Inglaterra!!!!), guapísimo también, con Pauline Denyer Smith, su esposa, al lado. Esposa maravillosa: 1. demuestra que las mujeres de más de 50 años sí que pueden enseñar los brazos. 2. Lleva el mejor peinado que he visto en mucho tiempo. Quiero el mismo exacto (bueno, tal vez sin flequillo). Me voy a la pelu. Feliz fin de semana.

miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Qué es tener estilo?


Yo tengo complicadas (o no tan complicadas) y elaboradas (o puramente intuitivas) teorías sobre la elegancia, el estilo y lo cool, sobre lo que se puede o no se puede llevar, sobre cómo y quien lo puede llevar, etc. Y de repente, me viene un tío, en este caso, Jeremy Irons, y me lo tira todo por tierra. Hace dos semanas, vi la primera foto (publicada en el súper recomendable Acne Paper de primavera-verano) y casi (aquí el "casi" es muy importante) me entró la risa. Por el vaquero imposible de cintura alta, por las botas de montar, por la expresión de la cara (labios apretados, ojos furibundos), por la pinta general de terrateniente sádico y chiflado. Además, me juraron y rejuraron que el tío va vestido así por Londres, que no es un disfraz, que él es así. A pesar de todo, guardé la imagen en mi carpeta de imágenes y siguió dándome vueltas por la cabeza. Y ayer, encontré esta (la segunda), de una presentación en NY hace un par de días. ¡Y sí! ¡Realmente va vestido así! El look 2 es más colonialista y suave, pero es obvio que es obra del mismo tío. Es lo que se llama estilo. Algo imposible de comprar, algo que no tiene precio. Gore Vidal dice: "El estilo es saber quien eres y lo que quieres decir y que el resto te importe un carajo". Algo hay de eso en estas dos imágenes. Y en eso estamos, en eso estamos.

lunes, 21 de mayo de 2012

¿De qué va vestido este tío?


Va vestido de tío que está bien, va vestido de amigo mío, va vestido de tío listo, va vestido de tío guapo (por dentro y por fuera), va vestido de tío al que no le importa demasiado la ropa, pero que tiene la decencia de que su polo viejo conjunte con su chaqueta. Y de que sea de su talla (no hay nada más deprimente que un tío con un polo apretado y corto, marcando músculo. Normalmente los que marcan músculo es porque no tienen nada más que marcar. Yes...). Y además, lo lleva como se ha de llevar, con un botón desabrochado. Marc va vestido realmente de lo que es. Sin ninguna impostura. Sin ninguna pose. Con sus instrumentos de periodista en los bolsillos. Con la humildad de las cabezas bien amuebladas. Y cada vez que en Mauri (siempre le cito en Mauri, soy un poco abuela...), le digo  que me encanta cómo va vestido, sonríe poco convencido y me dice que cada vez que le veo le digo lo mismo (en plan: eres un poco pesada, te das cuenta, ¿verdad?). No sabe que no se lo suelo decir a demasiados hombres (y que, en cambio, se lo digo a muchas mujeres). Veo a tanto tío disfrazado: de abogado, de intelectual (beeej), de banquero (requetebeeej), de arquitecto (horror de los horrores, cuando van mal vestidos son los peor vestidos del mundo), de gay (sí, hay gays que van disfrazados de gay), de elegante. Son taaaaaan aburridos los disfraces. Dan taaaaanta pereza las máscaras. Es tan agradable que un hombre vaya vestido y peinado y calzado de hombre. Sin más. Y que se comporte como tal. Sin más.

sábado, 19 de mayo de 2012

Hoy en SMODA: las chanclas

Hoy en la última página de SMODA, publico un articulete sobre las chanclas.

jueves, 17 de mayo de 2012

¿Debemos enjaular todo lo que amamos?

Yes, yes, yes. Claro que sí. Debemos enjaularlo todo, al menos en nuestra cabeza. Yo tengo montones de personas, y de cosas, y de sitios, y de momentos, encadenados en mi cabeza. De hecho, en este blog, prácticamente no hablo de otra cosa. La libertad solo interesa porque sabemos que podemos entregarla (y recuperarla) en cualquier momento. Eso es lo guay. En fin, ayer, festejo en la Galería Loewe, un lugar que, entre otras cosas, tiene el escaparate más bonito de la ciudad. Pero para verlo hay que entrar, y adentrarse, y bajar unas escaleras. Un escaparate de cuando el lujo podía ser ostentoso y dorado y leopardoso sin ser hortera, una época en la que las playas no eran como ahora, una época en la que todavía no habíamos perdido todo el pudor, ni toda la ironía. Un escaparate raro, misterioso y sugerente. Como debería ser casi todo en la vida. Un festejo divertido, amistoso y glamouroso, como debería ser la vida. Premio al mejor complemento de la velada para Mónica Martí, la gran agente literaria, por su perrita Greta: rara, misteriosa, sugerente, divertida, amistosa y glamourosa. Como la vida misma. Sometimes.

martes, 15 de mayo de 2012

¿Un hombre puede llevar pantalones cortos?

La foto del verano. Hasta septiembre no pienso tratar a nadie que no pueda trasladar mentalmente a esta foto. Ya no se hacen hombres shorts así, ahora son todos más deformes y blandos y holgados. Paul y Robert jugando a ping pong. Yo diría que Newman debía de ser mejor jugador, pero la foto se la lleva, de calle, Redford. Redford antes de convertirse en intelectual, antes de ponerse a reflexionar, antes de empezar a tomarse en serio (la gente que se toma en serio suele envejecer fatal). Aquí está Redford en plan petardo, descalzo, con sus gafas de sol, su cadena al cuello, su pelo en pecho, su peinado atómico (¡oh, qué peinado!), su cuerpo rockandroleante, sus piernas para desmayarse y su pinta de californiano pasado de vueltas. Que es lo que debía ser en un principio. Paul Newman, en cambio, está igual que estaría cincuenta años más tarde. Entre los dos, un momento de gracia absoluta (el sol, la energía, la libertad, la fuerza, la soltura, la belleza, la diversión). Como los que, de repente, suelen surgir en verano. En cualquier momento, en cualquier sitio. Solo hay que estar atento, aprender a jugar a ping pong y no ponerse, jamás de los jamases, un pantalón pirata.

domingo, 13 de mayo de 2012

Guardiola y las camisas de manga corta


Ahora que ha empezado el verano, una época genial en la que las calles se vuelven a llenar de cuerpos y brazos y hombros y bíceps (God Bless Them) y piernas y piel, voy a hacer un llamamiento a la población masculina: No está bien ponerse camisas de manga corta de vestir. No. En serio. Es un pecado capital estilístico. Lo sabe todo el mundo. Menos Guardiola, claro. Ay, Guardi, Guardi... ¿No ves que las camisas de manga corta son para los autobuseros? ¿Y que ellos las llevan porque no tienen más remedio ya que es parte de su uniforme? ¿Y de dónde ha salido esa corbata de luto tipo espagueti? ¿Y por qué llevas las americanas tan ajustadas? Hay que elegir entre músculo y elegancia. ¿Sabes? Las dos cosas a la vez es dificilísimo. En fin, por no hablar del cuello de la camisa... Después os extraña que a las chicas no nos guste el fútbol. Pero ¿cómo nos va a gustar? Si hicieseis un esfuercito en la dirección adecuada... Ya me estoy desviando del tema. Concentración, Milena, concentración. Bueno, resumiendo: camisa de vestir de manga corta: fea. Camisa de manga corta informal: más o menos. Camisa de manga larga remangada: sexy. Camiseta vieja: súper sexy. Y ahora me voy a ver el campeonato de patinaje artístico, esos sí que saben vestirse.

viernes, 11 de mayo de 2012

¿Es rara esta primavera?


Ayer. De paseo por el Zara de Diagonal con mi amiga Elisenda. Uno de nuestros pasatiempos favoritos: charlar de tíos y de la vida (que en realidad son lo mismo, claro) mientras miramos ropa. Zara es un poco como nuestro segundo hogar, por decirlo de algún modo. En fin. Una de las cosas importantes que se debe hacer en Zara es mirar al suelo. Por alguna razón, los zapatos (cada temporada hacen uno o dos que valen la pena) están siempre escondidos allí, en la parte de abajo de los expositores de ropa. Así que para verlos, hay que agacharse, con el riesgo que eso conlleva (en los días de aglomeración) de que alguien tropiece contigo y se te caiga encima. En fin. Ayer hubo suerte: no solo no se me cayó ninguna china encima, si no que además, encontré estas preciosas sandalias (foto 1). Sí, son una "reinterpretación" de las de la foto 2, unas sandalias de Valentino que causaron gran revuelo la temporada pasada y la anterior. Pero son una buena versión: el cuero ha sido substituido por ante, las tachuelas originales por otras más pequeñas y sutiles, la punta ha sido redondeada y las mías (no sé si se aprecia bien en la foto) son bicolores, negras y azules. Y todo esto mientras comentábamos, con una mezcla de regocijo y aprensión, que está siendo una de las primaveras más raras e intensas que se recuerdan: las peonias han llegado de golpe y están explosivas, nunca ha habido tantos hombres barbudos guapos en la ciudad y no hay manera de encontrar unas Birkenstock. Raro, raro...
 

miércoles, 9 de mayo de 2012

¿Dónde vivirán ahora los monstruos?

Ha muerto Sendak, uno de los tíos que dibujaron mi infancia, el segundo (el primero fue mi padre) con el que aprendí a no temer a los monstruos (lo único importante que debemos enseñar los padres). Un tío que se dedicó a embellecer el mundo (o a crear refugios para los demás, que es lo mismo). Y ya sabéis la  debilidad que siento por los que, en vez de embrutecer el mundo, lo embellecen. Y los hay, los hay. Y esto me lleva al pantalón de Marni, que, a su manera loca, con su estampado tan art déco, también embellece el mundo, el mío, al menos (el corte, la tela, el estampado, todo es preciso y exacto, nada es gratuito o obvio, no se han tomado las soluciones fáciles y más trilladas, hay inteligencia y talento en este pantalón). Un pantalón al que es necesario tranquilizar con una camisa masculina súper ligera azul celeste, por ejemplo. Y con cualquier zapato que despeje el tobillo. Un pantalón para llevar sin darle importancia, como si fuese un vaquero, sin intentar conjuntarlo, como quien no quiere la cosa, como quien no teme a los monstruos.
Feliz miércoles, queridos.

jueves, 3 de mayo de 2012

¿Quién tiene el síndrome de Burt Lancaster?


El síndrome de Burt Lancaster consiste en que, cada vez que veo un pantalón a rayas, me acuerdo de Burt Lancaster haciendo de pirata y me lanzo encima del pantalón como si se tratase de Burt Lancaster in person. Hoy, estaba saliendo de H&M después de comprar unas camisetas para los niños (la ropa infantil debe ser lo más barata posible, es de nuevo rico hortera persona no muy refinada vestir a los niños con ropa cara), cuando he chocado con estos pantalones de rayas. 29.95 €. Perfectos. De un algodón blando, ni anchos ni estrechos, ni largos ni cortos, desgastados lo justo y necesario. Ya, ya, no me quedan tan bien como a Burt, pero es que los suyos tenían licra, ¿eh? Bueno... ahora solo me hace falta encontrar su cinturón y ya me podré echar a la mar.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Harpers Bazaar

En el número de este mes de la revista Harpers Bazaar publico una entrevista con Oscar Tusquets. ¡Estoy feliz! Es una de mis revistas favoritas. ¡Ojalá os guste!