lunes, 28 de marzo de 2011

¿Qué me pasa, doctor?

Estoy un poco preocupada. Hace unos días, vi estas braguitas gigantescas de la foto y de repente me parecieron lo más sexy del mundo. No lo entiendo. Yo, para la ropa interior, siempre he sido partidaria del menos es más, del encaje, la transparencia, la delicadeza, el peso pluma, lo más mínimo, lo más suave, lo más acariciante, lo más cosquilleante; o, alternativamente, de las braguitas de algodón lisas de Petit Bateau. Y, sin embargo, estas bragas de cuello alto, más parecidas a un corsé, a una especie de armadura, estas braguitas tan raras, tan antiguas y novedosas a la vez (puedo imaginar a Liz Taylor en La gata sobre el tejado con algo así, pero ni yo ni mis amigas hemos llevado nunca un artilugio de este tipo), me ponen de buen humor. Imagino lo difícil, lo desquiciante que debe de ser ponérselas y quitárselas, las imagino con un vestido súper ligero, liviano, un poco raído, bondadoso e inocente encima (de algodón, de flores minúsculas, por ejemplo), imagino cómo deben afectar la forma de moverse y de sentarse. En principio, cualquier prenda que altere de forma artificial la postura del cuerpo -como también hacen los tacones-, me interesa y me intriga. La moda del siglo XX (y sigue igual en el XXI) fue como una flecha hacia la liberación y la comodidad, pero la moda y la ropa también es juego y artificio, sino no es nada. En fin, ¡qué rara es la vida!, está llegando el verano y yo lo que quiero son unas braguitas que llegan hasta la barbilla. Voy a llamar a mi psiquiatra ahora mismo, creo que, signifique lo que signifique este asunto de bragas, se alegrará de que por una vez no le hable de mi madre.
Feliz semana, queridos.

10 comentarios:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=sJC7HpzBtow

    Hagas lo que hagas...

    Besos, cecilia

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  2. No sé. Espero que vuelvas al "menos es más". Lo has descrito muy bien: "la delicadeza, el peso pluma, lo más mínimo, lo más suave, lo más acariciante, lo más cosquilleante". Ante esto, ¿puede este corsé competir? Ojalá no se ponga de moda.

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  3. Hola Cecilia:
    Es un enlace genial, muchas gracias.

    Grego, gracias.

    Hola Mario:
    Muchas gracias por tu comentario. Dudo mucho que me pase a los corsés, pero tal vez un día para jugar...

    Un abrazo,

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  4. ¡Qué gran descubrimiento!, la hija de una de mis escritoras preferidas con un blog que me apetece abrir todos los días. No decaigas,está genial y muy bien escrito. Nos hacen falta estos puntos de vista de las cosas y de la vida, expuestos, claro está, como tú lo haces.

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  5. Paseaba por la playa esta tarde, lejos de Barcelona, una tarde repleta de colores extraños, una tarde que te deja sin habla y le saca la lengua al objetivo de la cámara diciéndole “venga ya, sácame, fotografíame por todos los ángulos, haz todas las tomas porque ahora soy tu modelo, y no volverás a ver una tarde como esta, a lo mejor alguna parecida, pero desde luego no como esta”. Y saqué fotos, y filmé vídeos, y escuché el rumor del mar que respiraba y sólo quería quitarme la ropa, toda, entrar en el mar, zambullirme y nadar. Sentí esa otra flecha de la liberación que te dispara el cielo y sin saber de dónde viene te atraviesa y te pide que comulgues con todo lo que te rodea. Arena, brisa, agua, color, sol, tarde…y una cometa solitaria que parecía salida de la nada. Pero yo sé quién tiene la culpa de esta tarde, de ese impulso. La camisa más bonita que he visto en los últimos tiempos y que dejé en el escaparate de la tienda. La visa no perdona, se aferró a la cartera con uñas y dientes. No cedió al impulso. Le imploré en silencio. No cedió, realismo urbano, realismo de calle. Saqué una foto a la camisa y la perdí de vista, intentando olvidarla.

    Así, por la tarde, después de comer, me fui a tomar un helado a esa heladería de toda la vida, la Ibense. Tomé dos bolas, una de leche merengada con canela y otra de yogurt de fresas y un barquillo. Un cortado. La cuenta. Crucé el paseo y me perdí en la playa. Y ahí, justo ahí, caminando supe que la mejor prenda del día era la que tejían mis pasos con botones de recuerdos. Esa ha sido la camisa del día. No está a la venta, y eso la hace todavía más preciada.

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  6. Ahí está la otra camisa cuya ausencia propició la confección de la otra...lírico, sí, pero mortal también ;-)
    http://gilfadjua.blogspot.com/2011/03/amor-primera-vista.html

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  7. Que bien me lo paso leyendo tus posts!
    Un beso!
    Andrea

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  8. Mile,ya ves que tu blog es ALUCINANTE!!!
    Yo te veo más con algo ligero...
    Besos.Carolina.

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  9. Hola Gil: con tus respuestas a mi blog se podría hacer otro blog... Chula la camisa.

    Hola Andrea: ¡Qué bien! Muchas gracias.

    Hola Carolina: ¡Tú eres alucinante!

    Besos, besos.

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