lunes, 10 de enero de 2011

De carne y garras


Cuando estoy enamorada no me apetece comprar nada, bueno sí, ropa interior, de todos los colores menos de color carne. Un color cuya mera mención me da ganas de vomitar. ¿A quién se le ocurrió llamarlo así? En español la palabra carne es la misma para un bistec que para nuestro cuerpo (lo cual, en efecto, tal vez sean dos cosas bastante parecidas, pero ese es otro tema, y no quiero irme por las ramas de mi mal humor). En inglés es "meat" para la vaca, ternera, etcétera y "flesh" para los humanos y humanas, sean vacas o no (ya os he dicho que estaba de mal humor). "Color carne" no existe en ninguna otra lengua, en inglés es "nude". Color carne es una mercería de barrio polvorienta con un mostrador de carnicería y una señora con mala cara de mala detrás y una ropa interior con tirantes gruesos que tapa más de lo que enseña -lo opuesto a lo que debe hacer la ropa interior- y que oprime, es de acrílico y ligeramente ortopédica. Bueno, como decía, cuando no lo estoy (enamorada quiero decir, hoy me he despertado furiosa ante tamaña injusticia), me quedo a solas con mi reflejo, y este es insaciable, se sube por las paredes y lo quiere todo, se balancea en la cuerda floja del mal gusto y es seis personas a la vez, o sea, nadie, saca sus garras y arranca las prendas de los colgadores, las mete en la lavadora deseando secretamente que salgan destrozadas, compra una cosa y su contrario sabiendo que una de las dos no se la pondrá jamás y, cuando después de pasar el día traduciendo las memorias de alguien obviamente mucho más inteligente que ella, se pone a navegar por internet y encuentra algo que no es un hombre pero que la hace soñar (la pulsera de la foto) y que refleja con bastante exactitud como se siente, resulta que la muy cabrona está agotada. ¿En serio faltan tres meses para la primavera? ¿Y cómo voy a sobrevivir sin la pulsera? ¿Eh?

4 comentarios:

  1. Me levanto así, enamorado pero con garra, miro a mi gata que maúlla, busco la sombra de mi marido que se fue al trabajo, revuelvo los armarios, oteo el horizonte de un día luminoso, reviso uno de los capítulos de mi libro, me gusta que no es poco cuando la negatividad acecha, escojo uno de los jerseys en lana merino de pal zileri, un pantalón timberland, unos zapatos guardiani, la ropa interior oscura, negra, evidente, tanto cuando se lleva como cuando ya no está, cojo mi canon eos, me pongo las gafas de sol, el abrigo, el iphone 4, las llaves, la cartera, digo adiós a mis dos gatitos dejándoles comida y agua y cojo la puerta parasalir a pasear por barcelona y tomar unas fotos de los instantes que se crucen por mi camino de paseante anónimo....a la una un café en el ateneu barcelonés con una nueva amiga, desconocida pero como de toda la vida y a las dos comida con dos amigos en un lugar secreto, como se corresponde con los pequeños rincones que uno se niega a compartir salvo a los que están dentro de ese círculo con forma de pompa de jabón irrompible que contiene los sueños de un nuevo día.

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  2. Caray que pulsera
    Besosssss Maria Carolina

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  3. Carolina:
    La pulsera de alguien furioso...ya se me ha pasado...vuelvo a estar contenta. Y últimamente no llevo ninguna joya, solo el reloj de mi abuela. Pero me gusta la pulsera garra, tiene morbo. Me gusta y me repele a la vez.
    Un beso grande.

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  4. Gil:
    ¡Que vida tan maravillosa!
    ¿La ropa interior de los hombres negra? ¿Seguro? Tenía ganas de escribir sobre eso.
    Un beso,

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